Los diseñadores gráficos son muy conscientes de la importancia de los bocetos en su trabajo. En realidad, lo son en muchas áreas: en lugar de trabajar inmediatamente sobre una idea, el desarrollo rápido del concepto en su estructura más significativa permite descubrir el camino correcto y potenciar el proceso de diseño.
Eso para ti. Pero además, los bocetos son herramientas que te permiten explicar tus ideas de una forma muy clara. Eso es perfecto cuando trabajas en una agencia y necesitas transmitirle tus ideas al cliente. Por eso en este nuevo artículo de nuestro blog vamos a ver cómo hacer un boceto de la mejor manera posible.
Qué es un esbozo y para qué sirve
Antes de nada, conviene conocer la naturaleza de esta figura. Así, el esbozo o boceto es un esquema, ensayo o borrador de un proyecto visual. Su finalidad es plasmar los elementos fundamentales de lo que podría ser una obra estética en el futuro. En ese sentido, tiene muchísima utilidad en determinados sectores.
Entre otros, y como ya hemos apuntado antes, el sector del diseño gráfico, pero también del diseño web, del diseño de packaging o de la publicidad. De hecho, los profesionales especializados cuentan con varias clases de bocetos diferentes a su disposición. Se trata de escoger el adecuado para cada momento concreto.
Cuántos tipos de bocetos existen
Entre los tipos de bocetos que existen encontramos el boceto burdo, consistente en plasmar en papel la idea sin darle demasiadas vueltas y sin demasiado detalle. El boceto comprensivo, por su parte, es un boceto con una descripción visual mucho más meticulosa y profunda. Cada necesidad exige una solución distinta.
Pero no son las únicas variedades. Además, también existen el boceto dummy, el boceto mini, el boceto de contorno, el boceto teórico, el boceto estructural, el boceto mini o el boceto formal. Dentro de esta categoría última encontramos el famoso croquis, cuyo nivel de especificación técnica es muy elevado.
Cómo realizar un boceto: consejos y herramientas
¿Cómo elaborar un boceto? Básicamente existen dos pasos. En primer lugar, la definición de la idea. En esta etapa se trata de esclarecer el caos de ideas mentales y hacerlo converger en una sola. Además, tendrás que hacer un esfuerzo por visualizarla internamente con tanta claridad y precisión como sea posible.
Una vez tengas la idea entre tus manos el segundo paso es relativamente sencilla: plasmar la idea en papel o en una tablet para diseño. Si estás empezando, rebaja el nivel de perfeccionismo e intenta hacer bocetos que sean muy sencillos. Plasma únicamente los elementos básicos. Ya irás dominando el proceso.
Esbozo en papel
El esbozo en papel es el más longevo de los tipos de esbozo. Al fin y al cabo, los seres humanos han logrado plasmar sus ideas gráficas en papel desde hace miles de años. ¿Nuestra recomendación? No dudes en trazar, borrar y trazar tantas veces como necesites para imprimir esa imagen que tienes en la mente.
Pero, al mismo tiempo, aprende a conformarte. Aprende a entender qué es un boceto y a no buscar ese nivel de perfeccionismo que no corresponde a este documento. Aquí quieres plasmar impresiones. Ya tendrás las horas para ser meticuloso cuando toque convertir el boceto en una realidad. Es nuestro consejo.
Boceto digital
Una de las ventajas del boceto digital es la reedición. Sí, los bocetos deben ser relativamente simples y no se debe entrar en el ciclo perfeccionista y dedicarle mucho más tiempo del que merece. Pero, al mismo tiempo, este documento ha de tener capacidad de adaptación. Después de todo, las ideas pueden mutar.
Para conseguir ese grado de versatilidad, en el papel contamos con dos trucos: por un lado el uso de trazado fino y por otro lado el uso de goma de borrar. Pero el boceto digital nos lo pone muchísimo más fácil. No te autolimites y experimenta con todas las herramientas posibles. Te hará más completo como experto.
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